¿Alguna vez ha usted notado una llama de fuego a la distancia cerca del Parque Rood Bridge o del Parque Cook? Nuestros amigos de los departamentos de los bomberos locales a veces reciben llamadas de preocupación por esas flamas, pero están ahí por una muy buena razón y son parte de las operaciones normales.
En nuestras dos instalaciones de recuperación de recursos hídraulicos más grandes — Rock Creek en Hillsboro y Durham en Tigard — separamos los sólidos del agua que sale de los hogares y negocios y los descomponemos en grandes digestores.
Los digestores funcionan de manera muy parecida al estómago humano. Los microorganismos descomponen la materia orgánica, creando metano en el proceso. Utilizamos la mayor parte de ese biogás renovable para producir energía para calentar y alimentar las instalaciones de tratamiento. Luego quemamos el exceso de metano en flamas de digestores para mantener este poderoso gas de efecto invernadero fuera de la atmósfera.
Entonces, la próxima vez que usted vea una de las flamas, no se alarme — solo piense en todas esas bacterias que se vuelven gaseosas mientras comen felices lo que usted ha desalojado. O no, en caso de que usted lo considere demasiado asqueroso. Pero definitivamente no llame usted al 911.

¿Sabía usted que…?
Nos referimos a los lugares a los que van sus aguas residuales como “instalaciones de recuperación de recursos” y no nos gusta usar la palabra “aguas residuales” con tanta frecuencia. Esto se debe a que no solo nos aseguramos de que el agua que sale de su hogar sea lo suficientemente limpia como para regresar al Río Tualatin o ser reutilizada para riego, sino que – nosotros recuperamos esos valiosos nutrientes y energía de ella para beneficiar al medio ambiente y ahorrar dinero a los contribuyentes. Explore nuestro Proceso de Tratamiento Virtual.